Escribe: Hermógenes Pérez de Arce

Ahora ha pasado más de medio siglo y estoy menos joven, pero los comunistas siguen haciendo lo mismo: presionando para que a sus terroristas no se les prive de ¡las pensiones de gracia con que los ha premiado el gobierno! Sí, leyó bien: acá el gobierno no sólo los indulta, sino los premia con pensiones vitalicias. El Ejecutivo las introdujo de contrabando en una glosa de la Ley de Presupuestos. Ellos, los hijos de la oscuridad, son más despiertos que los hijos de la luz.

Cáchese la diferencia: a los militares, hoy septuagenarios y octogenarios, que nos defendieron de la agresión terrorista de ellos hace medio siglo, los condenan sin debido proceso a terminar sus días presos. A los que devastaron, incendiaron y saquearon desde 2019 los han indultado. ¡Y más encima les han dado pensiones vitalicias! Como alguien lo ha denunciado y accionado para anular estas últimas, porque llama a escándalo el prontuario de algunos favorecidos ¡los comunistas amenazan! Dicen que van a acusarnos a organismos internacionales de derechos humanos que  manejan.

¿Se dan cuenta ustedes de la diferencia? A los nuestros les falta tiempo para pedir perdón, arrepentirse, ceñirse más el cilicio y vituperar a Pinochet por su dureza con el MIR y el FPMR. A vista y paciencia nuestra los jueces rojos dan reparaciones millonarias a sus extremistas. 

Javier Milei, el tipo más audaz que ha producido la derecha mundial en el siglo XXI, decía: "Al zurdo no hay que concederle un milímetro!." Al oírlo, la centroderecha entreguista ponía los ojos en blanco y lo acusaba de "polarizar el debate".

Pero él hacía exactamente lo que practican los comunistas: no ceder. Por eso Milei ha remecido al mundo, porque fue a la catedral del entreguismo político, el foro de Davos, un laboratorio para millonarios que buscan la fórmula para ofrecerle la mano al socialismo para que éste no les corte el brazo, y les ha leído el Evangelio de la Derecha Pura y Dura. Les ha recordado que el 10 % más pobre de las sociedades libres vive mejor que el 90 % de la población de los países reprimidos. 

Lo que ha hecho Milei es instar a los capitalistas a presionar a los gobiernos hasta que éstos hagan lo que nosotros decimos. No hay que cederle un milímetro al zurdo. No hay que aprobarle su intento por apoderarse de la madre de todas las tortas, la previsional. Hay que salvar el sistema privado de salud y que haya "isapre para todos". Con voucher. Hay que dar vouchers a las familias pobres para que lleven a sus hijos a colegios privados, y van a ver ustedes el salto cualitativo en la educación en Chile, partiendo por la preescolar, la más desatendida.

Al zurdo no hay que darle nada, sino quitarle lo que nos está sustrayendo.

¿Qué nos falta? Lo que les sobra a ellos: audacia. Y... bueno... un Milei chileno.